Este 8 de marzo recordamos y celebramos con alegría la valentía y el coraje que en su época tuvieron miles de mujeres trabajadoras, que hicieron historia tras su oposición a la explotación que impuso la revolución industrial. Durante los siglos XIX y XX, las mujeres en el mundo, y también en nuestro país supieron organizarse y movilizarse en la búsqueda de condiciones dignas y el ejercicio de sus derechos ciudadanos.
Es por ello, que debemos valor a la mujer, porque merece el reconocimiento permanente; y no sólo se le debería recordar un día específico, sobre el sacrificado rol que cumple en la sociedad. Además, reconocer el rol y la lucha de miles de niñas y adolescentes trabajadoras en el Perú, que día a día estudian y trabajan dignamente para contribuir a la economía familiar; y de este modo construir una sociedad más justa, democrática y humana.
Reconocer a las niñas y adolescentes líderes de sus organizaciones que hacen la lucha desde sus espacios por promover y defender los derechos de las niñas, niños y adolescentes, promoviendo la participación activa, la organización, el ejercicio pleno de sus derechos, haciendo que su voz se escuche porque a pesar de que seamos chicas nuestros problemas no lo son.
Actualmente, en un contexto cruzado por la violencia social, consideramos que la lucha de las mujeres aún continúa para conquistar sus derechos. Más aún, en sector rural andino, amazónico, y en algunas zonas urbanas donde la brecha de género no ha disminuido; y el ejercicio pleno de sus derechos queda aun como el discurso y en términos abstractos.
Por otra parte, en el sector laboral de la informalidad, las mujeres no son ajenas a la explotación, la falta de protección social y de toda clase de abusos. Sin embargo, hay ciertos ejemplos de coraje de mujeres, niñas y adolescentes organizadas que luchan por cambiar aquella mirada estigmatizadora de la mujer.
Desde la representación de niñas, niños y adolescentes ante el Estado Peruano, rendimos homenaje a todas las mujeres del campo y la ciudad de nuestro país, América Latina y el mundo, por su sacrificada labor en pro de darle a nuestra sociedad un rostro más humano.
Es por ello, que debemos valor a la mujer, porque merece el reconocimiento permanente; y no sólo se le debería recordar un día específico, sobre el sacrificado rol que cumple en la sociedad. Además, reconocer el rol y la lucha de miles de niñas y adolescentes trabajadoras en el Perú, que día a día estudian y trabajan dignamente para contribuir a la economía familiar; y de este modo construir una sociedad más justa, democrática y humana.
Reconocer a las niñas y adolescentes líderes de sus organizaciones que hacen la lucha desde sus espacios por promover y defender los derechos de las niñas, niños y adolescentes, promoviendo la participación activa, la organización, el ejercicio pleno de sus derechos, haciendo que su voz se escuche porque a pesar de que seamos chicas nuestros problemas no lo son.
Actualmente, en un contexto cruzado por la violencia social, consideramos que la lucha de las mujeres aún continúa para conquistar sus derechos. Más aún, en sector rural andino, amazónico, y en algunas zonas urbanas donde la brecha de género no ha disminuido; y el ejercicio pleno de sus derechos queda aun como el discurso y en términos abstractos.
Por otra parte, en el sector laboral de la informalidad, las mujeres no son ajenas a la explotación, la falta de protección social y de toda clase de abusos. Sin embargo, hay ciertos ejemplos de coraje de mujeres, niñas y adolescentes organizadas que luchan por cambiar aquella mirada estigmatizadora de la mujer.
Desde la representación de niñas, niños y adolescentes ante el Estado Peruano, rendimos homenaje a todas las mujeres del campo y la ciudad de nuestro país, América Latina y el mundo, por su sacrificada labor en pro de darle a nuestra sociedad un rostro más humano.
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